nº71: PSICODELIA MEJICANA

Espolvorearse el bigote con chili. Ir por la calle y confundir a los transeúntes con tacos cubiertos de guacamole silbando canciones de Paulina Rubio.

nº70: ORGULLO PATOLÓGICO

La abuela está tan orgullosa de su nieto que le pinza los carrillos con una llave inglesa.

 

nº69: PEPINO Y COCOCHAS

¡RUM RUM! ¡Telecinco arranca el programa culinario más picante de la televisión! Acompaña cada mediodía al gran chef Pepino y a sus radiantes Cocochas de pecho generoso en la elaboración de las más húmedas e irrelevantes recetas. Diviértete con el ingenio desenfrenado y verborreico del maestro Pepino. ¡Te mondarás de risa con sus descacharrantes juegos de palabras y sus imprevisibles analogías con hortalizas! JAJA ¡Vamos! ¡Afronta tus comidas con una dosis extra de líbido! ¡Cocina tus platos erecto! ¡Mastúrbate bajo la mesa mientras sorbes un rico cocido de garbanzos! ¡SEXO FIGURADO! ¡TETAS! ¡VEJACIONES DE GÉNERO! ¡MÁS TETAS! ¡TE ABRIREMOS EL APETITO! ¡TE HAREMOS LA MEJOR COMIDA! ¡TETAS Y MÁS TETAS! No te pierdas... ¡PEPINO Y COCOCHAS! 

 

nº68: ¿QUIÉN TIENE TU NARIIIIZ?

Un padre haciendo aquello de engañar a su hijo haciéndole pensar que le ha robado la nariz; pero esta vez no iba en broma, lo ha hecho, se la ha arrancado. El niño no se lo esperaba, no lo ha visto venir. No llora de dolor, llora de pena porque se siente engañado, traicionado por su propio padre. Los mocos brotan del conducto cercenado, se derraman sin control, no hay dique, no hay pared nasal a la que aferrarse hasta convertirse en masa maleable, en moco seco. El padre le intenta 'devolver' la nariz, pero ahora ya no se puede así como así, apenas se sostiene cuando trata de adherirla sobre el mejunje de sangre y mocos que tiene en la cara y la nariz se desliza cara abajo hasta precipitarse al suelo. Sólo la cirujía podrá arreglar esto. Sólo la ciencia médica podrá sanar esta relación de padre e hijo.

 

nº67: PERRITO FALDERO

nº66: ¡INOCENTEEE!

nº65: HOMBRE-PUNTAL

La comunidad de vecinos ha decidido que lo mejor para evitar el desplome del edificio es contratar a un hombre que sostenga la estructura únicamente con la fuerza de sus brazos. Un hombre-puntal. Un señor que esté las 24 horas del día desafiando la fuerza de la gravedad, soportando toneladas de hormigón con sus propias manos, mientras los ocupantes hacen huevos fritos, cantan en la ducha o hacen sus necesidades. La vida de toda esa gente está en sus manos, no puede desfallecer, no puede comerse el bocata de calamares que su mujer le preparó el primer dia de trabajo. Lleva ahí 14 meses. El bocata está negro y gotea. Se alimenta de gotelé e insectos invertebrados que habitan en las entrañas del inmueble. ¿Por qué no lo hacen bien? ¿Por qué no llaman a un experto y lo apuntalan con puntales no humanos? ¿Cuánto tiempo más deberá estar este señor aguantando la pared? ¿Cuándo terminará su jornada? ¿Puede ser la vida entera una jornada? Nadie lo sabe. Pero su familia ya le da por muerto. Su mujer ya se ha casado con otro. Sus hijos carecen de una figura paterna clara y coquetean con la droga. Nadie se ha ocupado de hacer su declaración de la renta. Nadie.

 

 

nº64: ABUELO CON BOTINES

El anciano lleva unos botines de jugador de NBA y va por los pasillos del geriátrico haciendo sonar sus bambas, emitiendo ese sonido ácido de las zapatillas friccionando contra el gres moteado. ¡Ñiiik! ¡Ñiiiik! Nadie le tose. Es la sensación del momento. La comidilla en las partidas de dominó y en los circulos de ancianos que se reúnen para ver 'Saber y ganar' después de comer. Los demás viejos, que van con rancias zapatillas de estar por casa, le envidian. Las ancianas recuperan el líbido y el triple bypass se les queda corto. Es el puto Tony Parker del centro. Cuando se muera colgarán su bata en el vestíbulo del edificio.  

 

nº63: PARÁSITO HOLLYDAYS

El parásito intestinal se ha tomado unas merecidas vacaciones.